La desvalorización de lo real o de lo pretendida mente
real, en que consiste lo cómico, es un fenómeno social.
En una misma sociedad un fenómeno resulta cómico, desde
determinada perspectiva ideológica social que conlleva determinada tabla de
valores, y no desde otra opuesta, ideológica y socialmente.
Si el ir mal vestido revela falta de gusto o
presuntuosidad, puede resultar cómico.
La comicidad de un fenómeno, dado su carácter social, en
diferentes sociedades o épocas distintas, e incluso en una misma sociedad,
dependerá del criterio valorativo, ideológico, con el que se juzgue el
fenómeno.
La seriedad es más propia de "los de arriba" en
la pirámide social; la comicidad se da más bien en "los de abajo".
El poder de lo cómico esa sobre todo en las calles y
plazas de los pueblos, en el lenguaje coloquial y en las fiestas y como reflejo
de ello, en su literatura.
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